El gobierno de Gran Bretaña introdujo un programa de salvajes recortes en el estado del bienestar. Los recortes son parte de una amplia ofensiva gubernamental contra las condiciones de vida de los trabajadores, con ataques a todo un rango de prestaciones. El programa de recortes del gobierno no trata simplemente de reducir la cantidad de gastos estatales en bienestar, el propósito es también forzar a los parados a aceptar empleos con salarios más y más bajos con lo que, a cambio, se hunden los salarios de todos los trabajadores.