El 13 de junio, el gobierno polaco enmendó el Código del Trabajo y esencialmente se deshizo de la jornada laboral garantizada de 8 horas. Se han llevado a cabo varios cambios para llegar a esto, mediante la ayuda a las empresas para imponer “jornadas laborales flexibles”. En primer lugar, se han cambiado los periodos considerados horas extraordinarias. Ahora las horas extra se calculan sobre bases anuales. Lo que significa esto es que los empresarios te pueden hacer trabajar un montón de horas extra algunas veces para después recortar tu horario en otros momentos. En segundo lugar, en el pasado, tu jornada laboral estaba establecida y se te garantizaban suficientes horas entre turnos; si no transcurrían suficientes horas, podías reclamar horas extra. Ahora los patronos pueden cambiar tu jornada laboral “según sus necesidades”. Por último, los sindicatos pueden estar de acuerdo o no con los cambios en las horas de trabajo, solo que el gobierno dio también derecho a los “comités de empresa” y a los trabajadores individuales. Los comités de empresa son, por lo general, herramientas al servicio de los jefes y, a menudo, el representante de los trabajadores en este comité ha sido puesto sin elección alguna, directamente por los patronos. Si un sindicato no está de acuerdo, el comité de empresa puede estar de acuerdo. Asimismo cualquier trabajador puede “aceptar” el “horario flexible” independientemente de cualquier convenio colectivo de un sindicato.
Como se ve claramente, este último hecho significa que los jefes, a la hora de contratar a nuevos trabajadores, pueden presionarlos para que se avengan a esto, incluso aunque no estén de acuerdo los miembros sindicados del centro de trabajo. Es, por tanto, un serio golpe a la capacidad de los sindicatos para controlar las condiciones en los centros de trabajo.
Esto no significa que todos los trabajadores vayan a perder la semana de 40 horas, aunque hace tiempo que las 40 horas han dejado de ser la norma en Polonia. Esto se debe al extendido uso de contratos civiles en vez de contratos de empleo y al horario extraordinario forzoso – dos cosas que todo el mundo sabe que van contra el Código del Trabajo, pero nadie hace nada al respecto. Se ignora todo con el propósito de mantener una economía “competitiva” y de que los capitalistas estén contentos.
No obstante, algunas categorías de trabajadores se verán indudablemente afectados y forzados a condiciones de trabajo muy duras e inciertas. Esto es especialmente cierto en sectores tales como la manufactura.